El origen del turrón

De dónde viene el turrón no está tan claro como podamos pensar. Hay multitud de versiones sobre su origen, algunas complementarias, otras no tanto.
Una de las primeras menciones escritas a este dulce aparece en el año 1582, en un documento del municipio de Alicante que señala que cada año se acostumbra a comer turrón en Navidad. De hecho, hay quienes aseguran que desde tiempos antiguos que en el pueblo de Jijona ya se fabricaban los turrones. El origen del turrón viene dado por los tiempos en que Valencia era un reino musulmán. Entre otras cosas, los árabes nos dejarían los turrones, una de sus muchas recetas basadas en la almendra.
También se sabe de una carta firmada por Felipe II en 1595 en la que incita a los ciudadanos de la ciudad de Alicante a consumir turrón para reducir los gastos.
Por último, el anónimo Manual de Mujeres, del siglo XVI, aporta la primera receta que se conserva para fabricar turrón.
Otra versión es que su invención se remonta al siglo 18 y a raíz de un certamente de cocina convocado por las autoridades locales de lo que hoy conocemos como Cataluña. El objetivo era, por una parte, elevar la moral de la población, y por otra sacar partido de las escasas reservas de alimentos de la ciudad -que prácticamente estaban limitadas a almendras y miel. El ganador fue el pastelero Pablo Turrons, creador del turrón y de quien vendría el nombre de este dulce.

En todo caso, la costumbre de tomar turrón en Navidad se encontraba extendida por toda España en el siglo 16, al menos entre los sectores más acomodados de la sociedad.

Otros autores, en cambio, atribuyen su origen a dos postres españoles elaborados con nueces, miel y especias: los alfajores de Andalucía y el alajú de Cuenca.
Lo que está claro es que en Jijona se encuentran las principales turroneras como Antiu Xixona o 1880. Eso sí, a raíz de la aparición de turroneras en otras zonas españolas que los jijonencos solicitaron a la Generalitat Valenciana que se les concediese la distinción de Denominación de Origen para proteger el turrón autóctono.